Hispano deportado por EE.UU. a África está en huelga de hambre en prisión, según su abogada

Publicado: 22 oct 2025, 09:02 GMT-4|Actualizado: hace 6 horas
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CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica (AP) — Un hombre cubano deportado por Estados Unidos a la nación africana de Esuatini está en huelga de hambre en una prisión de máxima seguridad, donde lleva retenido más de tres meses sin cargos ni acceso a asesoría legal dentro del programa de tercer país del gobierno de Trump, según dijo el miércoles su abogada con sede en Estados Unidos.

Roberto Mosquera del Peral fue uno de los cinco hombres enviados al pequeño reino en el sur de África a mediados de julio como parte del programa de deportación de Estados Unidos a África, que ha sido criticado por grupos de derechos y abogados, quienes dicen que a los deportados se les niega el debido proceso y se les expone a abusos de derechos.

La abogada de Mosquera, Alma David, dijo en un comunicado enviado a The Associated Press que llevaba una semana en huelga de hambre y había serias preocupaciones sobre su salud.

“Mi cliente está detenido de forma arbitra, y ahora su vida está en peligro”, afirmó David. “Insto a los Servicios Correccionales de Esuatini a proporcionar a la familia del señor Mosquera y a mí una actualización inmediata sobre su estado y a asegurar que esté recibiendo atención médica adecuada. Exijo que se le permita al señor Mosquera reunirse con su abogado en Esuatini”.

Mosquera estaba entre un grupo de cinco hombres de Cuba, Jamaica, Laos, Vietnam y Yemen deportados a Esuatini, una monarquía absolutista gobernada por un rey acusado de reprimir los derechos humanos. El hombre jamaicano fue repatriado a su país de origen el mes pasado, pero a los demás se les ha mantenido en la prisión durante más de tres meses mientras un abogado con sede en Esuatini ha iniciado un caso contra el gobierno exigiendo que se les dé acceso a asesoría legal.

Grupos cívicos en Esuatini también han llevado a las autoridades a los tribunales para impugnar la legalidad de mantener a ciudadanos extranjeros en prisión sin cargos. Esuatini dijo que los hombres serán repatriados, pero no ha dado un plazo para otras repatriaciones.

Las autoridades estadounidenses dijeron que quieren deportar a Kilmar Ábrego García a Esuatini bajo el mismo programa.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos dijo que los hombres enviados a Esuatini eran criminales condenados por delitos graves, incluidos asesinato y violación, y estaban en Estados Unidos ilegalmente. Dijo que Mosquera había sido condenado por asesinato y otros cargos y era miembro de una pandilla.

Los abogados de los hombres dijeron que todos habían cumplido sus sentencias penales en Estados Unidos, pero ahora están siendo retenidos ilegalmente en Esuatini, donde no han sido acusados de ningún delito.

El Departamento de Seguridad Nacional ha presentado el programa de deportación a terceros países como un medio para remover “extranjeros ilegales” del suelo estadounidense como parte de la represión migratoria del presidente Donald Trump, diciendo que tienen la opción de autodeportarse o ser enviados a un país como Esuatini.

El gobierno de Trump ha enviado deportados a al menos otras tres naciones africanas desde julio bajo acuerdos en gran parte secretos: Sudán del Sur, Ruanda y Ghana. También tiene un acuerdo de deportación con Uganda, aunque no se han anunciado deportaciones allí.

El grupo internacional de derechos Human Rights Watch dijo que ha visto documentos que muestran que Estados Unidos está pagando a naciones africanas millones de dólares para aceptar deportados. Dijo que Estados Unidos acordó pagar a Esuatini 5,1 millones de dólares para aceptar hasta 160 deportados y a Ruanda 7,5 millones de dólares para aceptar hasta 250 deportados.

Otros diez deportados fueron enviados a Esuatini este mes y se cree que están detenidos en la misma prisión del Complejo Correccional de Matsapha, fuera de la capital administrativa, Mbabane. Los abogados dijeron que esos hombres son de Vietnam, Camboya, Filipinas, Cuba, Chad, Etiopía y Congo.

Los abogados dicen que a los cuatro hombres que llegaron a Esuatini en un vuelo de deportación en julio no se les ha permitido reunirse con un abogado de Esuatini que trabaja allí como su asesor legal, y las llamadas telefónicas a sus abogados con sede en Estados Unidos son monitoreadas por los guardias de la prisión. Han expresado preocupación porque saben poco sobre las condiciones en las que se encuentran sus clientes.

“Exijo que se le permita al señor Mosquera reunirse con su abogado en Esuatini”, dijo David en su declaración. “El hecho de que mi cliente se haya visto obligado a tomar una acción tan drástica resalta que él y los otros 13 hombres deben ser liberados de la prisión. Los gobiernos de Estados Unidos y Esuatini deben asumir la responsabilidad por las verdaderas consecuencias humanas de su acuerdo”.